Después de esperar una hora y media a que parase de llover, me fui a desayunar a la salida del pueblo, en el bar el Disco Rojo. Al final, ¡paró la lluvia casi del todo!
En este camino creo que casi todas las etapas están mal kilometradas o yo me pierdo mucho... En fin, era 44 km hasta Bragança, y al final hice 65,82km, otra vez unos 20km más de lo esperado. 4h 35m en la bicicleta y un tiempo total de 6 horas de etapa, no mucho. La media, de 14,34km/h. En la foto, la salida por el Disco Rojo:
Al poco aparece un desvío a la derecha, pero no me llevó a ninguna parte, sino a un camino que se cortaba y falta de flechas, así que di la vuelta y tomé la carretera:
Un camino se cortaba, el otro abundaba en barro por las lluvias. Lo dicho, carretera:
Que me llevó a Sejas de Aliste:
De ahí pude tomar camino de tierra:
Y tras un buen rato, desvío a la izquierda, por intuición y por la posición del Sol:
Y todo recto, se llega a Trabazos.
Se baja un poco por las calles del pueblo.
Y me llevan las pedaladas hasta esta carretera, que sigo:
Hasta llegar a un camino de tierra hasta esta glorieta, la última salida lleva a San Martín de Pedroso.
Llegada en bajada a San Martín de Pedroso. Según se entra hay que salir por donde se entró:
Y marca el camino que hay que seguir, mejor por la carretera secundaria, la antigua (que en Alcañices parece que nadie conoce, te quieren mandar por la nacional con mucho tráfico):
Se pasa por la aduana, hoy en día en desuso:
Y se atraviesa el puente camino de Portugal:
Con una de las últimas placas que nos encontramos:
Se atraviesa el puente y se llega, ¡a Portugal!
Tras un poco de carretera encuentro un desvío a la derecha:
Que lleva hasta el pueblo fronterizo, Quintanilha. Iba a comer algo aquí, pero no tenía muchas alternativas. Me propusieron ir a una hermita cercana, donde se celebraba una romería. Gracias a las indicaciones me pude tomar una buena ternera a la plancha, entre una multitud de romeros. De ahí, me recomendaron seguir por la antigua carretera a Bragança, porque me resultaba un poco complicado volver de nuevo a Quintanilha.
Siguiendo la carretera llegué a Milhao:
Y después a Gimonde:
Se atraviesa un puente:
Con fantásticas vistas del río y un puente románico:
Y a la salida de Gimonde, por la carretera, una flecha me lleva hacia la izquierda, por camino de tierra:
Si se sigue por este camino, nos deja en la carretera a poco cientos de metros de Bragança:
Una preciosa ciudad para disfrutar de su barrio antiguo y buena cocina. Para quedarse a dormir en la parte portuguesa hay que pedir alojamiento en los Bomberos Voluntarios. Tienen bastantes camas y permiten dormir de forma gratuita, muy majetes. Están en la parte más alta de Bragança, todo subida después de la etapa, para terminar de rematar...
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