miércoles, 17 de agosto de 2011

Ciclistas vs Caminantes en la peregrinación a Santiago

Durante el camino como ciclista me encontrado cierta "aversión" a estos, en cierto modo merecida y que convendría cambiar. Lo primero, recomendaría una cosa: que los ciclistas hagan también un camino a pié, y que los caminantes prueben a hacer un tramo en bicicleta. Así todos se comprenderían mejor. Así los ciclistas entenderían porqué deberían dejar sitio en el albergue a los caminantes, ya que un ciclista puede hacer kilómetros más rápido. Así los caminantes comprenderían que ir en bicicleta no es "tan fácil", ya que ciertas subidas pedregosas son muy costosas de hacer encima de una bici, llegando incluso a tener que bajarse de ella y en los casos más extremos, bajar las alforjas y subir por partes: primero la bici, luego las alforjas, como me pasó en el último tramo de Portugal. Además están las reparaciones que hay que hacer, y a veces encontrar una tienda en ciertos parajes es cosa poco menos que una nueva aventura.

Los ciclistas son muy criticados en el camino, y con razón: van rápido, pasan de todo, sólo van a "ser los mejores y más rápidos", no hablan con "los otros" y parece que van más a una competición deportiva que a hacer un camino de orden espiritual y humano. ¿Pero en verdad se puede generalizar? En la vida nunca se puede generalizar, así que la próxima vez que os encontréis un ciclista, pensad que quizás también esté haciendo el auténtico camino y no una prueba deportiva.

Y un consejo a los ciclistas, aunque habrá muchos que no me hagan caso: Es mejor hacer menos kilómetros diarios y disfrutar más el camino y las ciudades por donde pasáis, que hacer muchos kilómetros y llegar muertos al final de cada etapa. Yo antes de empezar el camino y saber cómo era, pretendía hacer una media de 15-20km por hora, ¡qué equivocado estaba! Así, pensaba hacer un mínimo de 100km al día, total, en 5 - 7 horas quizás se pueden conseguir. Lo que no tenía en cuenta eran: los pinchazos, las averías, las pérdidas por el camino... todo va acumulando tiempo y al final es complicado hacer 100km todos los días. Algún día los superé, cierto es, pero otros muchos me quedé en 70-80 diarios. Es más, si volviese a hacer el camino de Santiago no pasaría de 70, haría entre 50-70 todos los días para disfrutar más de cada hito en la ruta.

Y mi mejor consejo para los ciclistas: ¡parad a hablar de vez en cuando con los caminantes! Yo me paraba a saludar a todos, al menos para preguntar de dónde eran y desearles buen camino, y con algunos estuve casi una hora caminando y hablando. Es lo que realmente cuenta en el camino, ¡una gran aventura humana! Sólo de esta forma podremos cambiar la "mala imagen de los ciclistas". Recordad, no es una carrera ni una prueba deportiva, es una camino de experiencia personal. Esto lo aprendí porque también fui peregrino caminante, y se ve de otra forma.

Otra "crítica" muy común de los caminantes es que los ciclistas no van "meditando"o "no les da tiempo a pensar" encima de una bicicleta. Aquí creo que se equivocan, el hacer el camino en bicicleta es una experiencia diferente. ¿habéis leído el libro "el poder del ahora"? Pues algo similar, un ciclista debe de estar concentrado en el aquí y el ahora, no con la cabeza ni en el pasado ni el futuro, sino en el presente. ¿Para qué? Para no caerse, para ver todas las piedras del camino, para disfrutar del momento y no dejarse llevar a otros momentos que no aportan nada. A eso te enseña el camino en bicicleta, a preocuparse sólo del "AHORA", y desde luego, ciertos tramos más relajados también ofrecen la posibilidad de meditación.

Y por cierto, también algunos "peregrinos" parece que van más de turismo y a ser los primeros, que a una peregrinación. Me parece bien, pero no lo comparto, por eso nunca haré el camino francés, y me voy a caminos poco o nada transitados. Al final hay gente para todo, sean ciclistas o caminantes.

Nada más por hoy, espero que peregrinos y bicigrinos se unan en un peregrinar común. :)

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